21 marzo 2016

Día Mundial de la poesía (y el oprobio)

Desde 1999, a propuesta de la UNESCO, el 21 de marzo se celebra, entre otras efemérides, el Día Mundial de la Poesía.


Mariano Coronas Cabrero, maestro jubilado de los que no se jubilan nunca, ha querido rendir homenaje al día, enlazando  el hermoso lenguaje de la poesía con la más terrible de las actualidades. Porque la poesía, ese género tan frecuentemente relacionado con la belleza, el amor, la felicidad ... también sirve para expresar el rechazo, la indignación, la desesperación ... 
En mi infancia
hubo agua, un río y varios barrancos.
Hubo lluvia, hubo nieve
y hubo también muchos charcos.
En mi infancia
hubo caminos por los montes y los llanos.
Llevaban siempre a algún lugar;
con frecuencia, muy cercano.

En mi infancia
hubo juegos, risas, peleas y llanto.
Hubo escuela, hubo historias
y acercamiento al trabajo.

En mi infancia
hubo palabras; hubo canciones y abrazos.
Ropa de abrigo en invierno
y vacaciones de verano...

De mi infancia tan lejana,
me llegan recuerdos vagos,
pero veo otras infancias
con los ojos arrasados...
.......................
Veo inaceptables imágenes
en prensa o telediario
que me dejan roto y herido;
a veces, desesperado.
La infancia de tantos niños
sirios, iraquíes o afganos,
se ha convertido de golpe
en un tremendo calvario.
En situación inhumana,
hunden sus pies en el barro;
sus ojos parecen fuentes,
son manantiales de llanto.

Veo rostros con gesto duro
que nos están preguntando:
¿por qué nos hacéis esto?,
¿por qué nos estáis matando?

Largas filas de personas
siempre, siempre caminando
hacia un horizonte incierto
lleno de frío y de barro.
Y una corte de panzas gordas
con cerebros operados
que endurecen las fronteras
desde sus oscuros despachos;
que negocian con las vidas
de quienes abandonan llorando
sus casas y sus recuerdos,
a sus muertos enterrados;
amistades y futuro
en su país, destrozado,
por la guerra y la violencia
que aquellos han provocado.
He recordado mi infancia
al ver niños refugiados:
¿qué hubiéramos hecho nosotros
en trance tan desesperado?
Dos evidencias me asaltan;
me golpean como un mazo:
el sufrimiento en sus rostros
en nuestra conciencia el fracaso.

Siento una terrible vergüenza
de todo lo que está pasando;
de esa actitud indecente 
de mirar hacia otro lado;
y de olvidar qué es lo primero
que debemos tener claro:
acoger a los que llegan,
reconocernos humanos,
valorar la compasión,
la ayuda al necesitado,
al que huye de la guerra 
que tú mismo has alentado...

¡¿Qué podemos esperar
de gobernantes tan malos,
de cobardes sin entrañas,
de mercaderes de esclavos...?!
Una nueva primavera,
como ocurre cada año,
nos regalará un tiempo
de hitos esperanzados.
Pero en los campos de Idomeni 
Han quedado ya enterrados
los sueños de libertad
de miles de refugiados;
pues una Europa indecente,
-la del euro y el mercado-,
ha decidido que allí
no haya derechos humanos.

1 comentario:

Mariano Coronas dijo...

Gracias, Pilar. Escribir estos versos, en este caso, me ha ayudado a quitarme algo de dolor de muy adentro. Estamos tan ofendidos, tan enormemente indignados viendo el inexplicable e inadmisible maltrato que sufren niños, mujeres, hombres amontonados como el ganado y privados de lo más elemental; destruidos algunos ya viendo una situación enquistada y una indiferencia humanitaria... Estamos como paralizados ante el comportamiento indecente de los mandatarios europeos, comerciando con la desgracia, con el dolor y la impotencia y utilizando la fuerza de manera desmedida... No sé, igual no sirve de nada todo esto, pero las palabras son el arma de que disponemos para gritar el dolor y el sufrimiento de tantas personas...