18 diciembre 2010

1001libros infantiles que hay que leer antes de crecer


La autora británica Julia Eccleshare ha reunido 1001 libros infantiles que hay que leer antes de crecer. Relatos de todos los tiempos, clásicos de Andersen o los hermanos Grimm y, entre los españoles, historias de Elvira Lindo, Laura Gallego, Bernardo Atxaga y Gustavo Martín Garzo.

"No hay libro que merezca la pena leer a los diez años que no sea digno de leer a los cincuenta". C.S. Lewis.

16 diciembre 2010

LEER JUNTOS, SEGUNDA PARTE!


Ayer celebramos la segunda sesión de nuestro grupo Leer Juntos. En un ambiente navideño, comentamos “Los derechos del lector” de Daniel Pennac. Al intercambiar nuestras experiencias literarias, pudimos comprobar que nos identificábamos todos en cada uno de estos derechos.

Por otra parte, acordamos la lectura para la próxima sesión: “La nieta del señor Linh” de Philippe Claudel.

He aquí un resumen de dicho libro:

"Una fría mañana de noviembre, tras un penoso viaje en barco, un anciano desembarca en un país que podría ser Francia, donde no conoce a nadie y cuya lengua ignora. El señor Linh huye de una guerra que ha acabado con su familia y destrozado su aldea. La guerra le ha robado todo menos a su nieta, un bebé llamado Sang Diu, que en su idioma significa «Mañana dulce», una niña tranquila que duerme siempre que el abuelo tararee su nana, la melodía que han cantado durante generaciones las mujeres de la familia. Instalado en un piso de acogida, el señor Linh sólo se preocupa por su nieta, su única razón de existir hasta que conoce al señor Bark, un hombre robusto y afable cuya mujer ha fallecido recientemente. Un afecto espontáneo surge entre estos dos solitarios que hablan distintas lenguas, pero que son capaces de comprenderse en silencio y a través de pequeños gestos. Ambos se encuentran regularmente en un banco del parque hasta que, una mañana, los servicios sociales conducen al señor Linh a un hospicio que no está autorizado a abandonar. El señor Linh consigue, sin embargo, escapar con Sang Diu y adentrarse en la ciudad desconocida, decidido a encontrar a su único amigo. Su coraje y determinación lo conducirán a un inesperado desenlace, profundamente conmovedor."

Esta novela se ha elegido para conocer mejor este escritor francés que va a dar una charla sobre otra de sus obras titulada “El informe de Brodeck”, el próximo 21 de Enero en Zaragoza. En este mismo blog encontrareis un artículo más detallado sobre este acontecimiento.

Joyeuses Fêtes à tous!!

10 diciembre 2010

El basurero bibliotecario


Copio una parte del artículo de Elvira Lindo publicado el pasado domingo en El País, me parece una historia preciosa para compartir:

"El otro día, en la Feria del Libro de Guadalajara (México), tuve la fortuna de compartir mesa redonda con un hombre excepcional: José Alberto Gutiérrez, conductor de un camión de la basura en la ciudad de Bogotá. Los congregados a la mesa estábamos allí para compartir ideas sobre cómo contagiar el gusto por la lectura. Todos estábamos relacionados de una u otra manera con el oficio. Le llegó el turno a José Alberto y nos dejó mudos. Con palabras sencillas contó lo siguiente: un día, mientras hacía su recorrido habitual, vio que en el suelo alguien había dejado un ejemplar viejo de una novela de Tolstói. Se lo llevó a casa. Su señora, modista, se encargó de restaurarlo amorosamente, como quien zurce una prenda delicada. De pronto, a José Alberto se le pasó por la cabeza una idea disparatada que no dudó en poner en práctica: recogería todos los libros que encontrara a su paso. Sus colegas barrenderos le sirvieron de cómplices. Le gritaban, "¡José, libros!", y se los colocaban en el asiento de al lado. De esta manera, el camionero José ha recogido más de doce millones de volúmenes, volúmenes que han pasado por las manos primorosas de su señora para ser ordenados en la biblioteca en perfecto estado. En un primer momento, colocaron los libros en la planta de abajo de su casa. Allí empezaron a acudir mujeres y niños de ese barrio pobre en el que vive José. Más tarde, cuando ya los libros no cabían, el camionero consiguió tres locales más. A estas alturas tiene montadas tres bibliotecas. Nos enseñó fotos en las que se veía a las criaturas sentadas en sillas chicas escuchando un cuento. José nunca olvidó los cuentos que le leía su madre por la noche. Para él, contó, poner libros en las manos de niños es un trabajo preventivo contra un destino que parece estar ya escrito en la vida de los pobres. "Es la primera vez que tomo un vuelo", dijo, "la primera vez que cuento ante un público lo que hago y me siento muy agradecido". Entonces, arreció un aplauso que duró un buen rato. Los maestros y educadores que acudían a la charla se pusieron de pie. A algunos se les saltaban las lágrimas. Muchos trabajan en zonas dejadas de la mano de Dios. Todos nos sentimos conmovidos por este rescatador de libros, de posteridades"

Elvira Lindo




08 diciembre 2010

La grammaire est une chanson douce

Una novela con la gramática de protagonista… “¡Qué disparate!” dirán algunos… “¡No se venderá!” aseguraron otros. Sin embargo lo logró Erik Orsenna, miembro de la Academia francesa con “La Isla de las Palabras” (“La grammaire est une chanson douce”): un mundo de fantasía alrededor de la figura de la gramática que permitirá al lector de todas las edades volver a disfrutar de la lengua y jugar con ella.

Después de un naufragio, Tomás y su hermana Juana se despiertan en una bonita isla, pero sin poder hablar. El señor Enrique y su sobrino serán encargados de devolverles el lenguaje a través de una aventura insólita en un territorio mágico. Así Juana y Tomás descubrirán que las palabras son seres vivos; disponen de una ciudad, de un ayuntamiento…incluso de un hospital!

¡Espero que os guste el paseo en esta bonita isla!

Información en francés: La grammaire est une chanson douce

Información en español : La isla de las palabras



07 diciembre 2010

Elogio de la lectura y la ficción


Mario Vargas Llosa ha leído esta misma tarde en Estocolmo su discurso de aceptación del Premio Nobel de Literatura 2010. Elogio de la lectura y la ficción lo ha titulado. Pero su discurso va más allá, es también el resumen de una vida dedicada a las letras, a la libertad y al triunfo de la razón. O lo que es lo mismo, a la puesta en valor de la condición humana. Recomendamos la lectura íntegra del discurso pero no podemos dejar de entresacar algunos párrafos maravillosos:

Aprendí a leer a los cinco años, en la clase del hermano Justiniano, en el Colegio
de la Salle, en Cochabamba (Bolivia). Es la cosa más importante que me ha pasado en la vida. Casi setenta años después recuerdo con nitidez cómo esa magia, traducir las palabras de los libros en imágenes, enriqueció mi vida, rompiendo las barreras del tiempo y del espacio y permitiéndome viajar con el capitán Nemo veinte mil leguas de viaje submarino, luchar junto a d’Artagnan, Athos, Portos y Aramís contra las intrigas que amenazan a la Reina en los tiempos del sinuoso Richelieu, o arrastrarme por las entrañas de París, convertido en Jean Valjean, con el cuerpo inerte de Marius a cuestas. La lectura convertía el sueño en vida y la vida en sueño y ponía al alcance del pedacito de hombre que era yo el universo de la literatura. Mi madre me contó que las primeras cosas que escribí fueron continuaciones de las historias que leía pues me apenaba que se terminaran o quería enmendarles el final. Y acaso sea eso lo que me he pasado la vida haciendo sin saberlo: prolongando en el tiempo, mientras crecía, maduraba y envejecía, las historias que llenaron mi infancia de exaltación y de aventuras.Me gustaría que mi madre estuviera aquí, ella que solía emocionarse y llorar leyendo los poemas de Amado Nervo y de Pablo Neruda, y también el abuelo Pedro, de gran nariz y calva reluciente, que celebraba mis versos, y el tío Lucho que tanto me animó a volcarme en cuerpo y alma a escribir aunque la literatura, en aquel tiempo y lugar, alimentara tan mal a sus cultores. Toda la vida he tenido a mi lado gentes así, que me querían y alentaban, y me contagiaban su fe cuando dudaba (...)

Seríamos peores de lo que somos sin los buenos libros que leímos ...


Sin las ficciones seríamos menos conscientes de la importancia de la libertad para que la vida sea vivible y del infierno en que se convierte cuando es conculcada por un tirano, una ideología o una religión.


La literatura crea una fraternidad dentro de la diversidad humana y eclipsa las fronteras que erigen entre hombres y mujeres la ignorancia, las ideologías, las religiones, los idiomas y la estupidez.


La literatura es una representación falaz de la vida que, sin embargo, nos ayuda a entenderla mejor, a orientarnos por el laberinto en el que nacimos, transcurrimos y morimos. ...

Por eso
tenemos que seguir soñando, leyendo y escribiendo, la más eficaz manera que hayamos encontrado de aliviar nuestra condición perecedera, de derrotar a la carcoma del tiempo y de convertir en posible lo imposible.